“El pont és el cos”

Y quiere ser algo más que la simple proyección mental que cree ser. El cuerpo lo sabe, y, a pesar de la máscara con la que juega a la vida, su realidad externa no es sino el reflejo de una verdad interna más profunda. 

En esta muestra íntima de nueve obras, el número 9 simboliza el final de un ciclo: un estado de culminación en el que la artista se reconoce inmersa, un momento de plenitud y comprensión que coloca el foco en la transición del ser  humano. Una transición que, según su visión, requiere mucho más que un simple paseo por la espiritualidad.

Sin necesidad  de envolverlo en misterio, la evolución de nuestra especie no puede entenderse sin un proceso físico capaz de transmutar  nuestro "Ego" interior, esa naturaleza humana inferior que nos mantiene atrapados en la red de nuestras propias limitaciones. 

Maria Marquès nos acompaña por un viaje hacia la naturaleza más primitiva del ser humano hasta el 5 de octubre.